~ El algarrobo es un guardián del ecosistema, resistente y generoso, ayudando a frenar la desertización y conservar nuestros suelos. ~

El algarrobo es un árbol resistente que crece en suelos pobres y soporta temperaturas extremas con muy poca agua. Su capacidad para prosperar en climas áridos lo convierte en una solución sostenible frente a la desertificación.

Además de su resistencia, contribuye a la regeneración del suelo, ya que sus raíces fijan nitrógeno y mejoran la fertilidad de la tierra. Su sistema radicular profundo ayuda a reducir la erosión y a estabilizar el terreno, evitando la pérdida de suelo fértil.

A diferencia de otros cultivos que requieren un alto consumo de agua, el algarrobo necesita un riego mínimo o incluso nulo. Esto lo convierte en un cultivo ideal para zonas con escasez hídrica, fomentando una agricultura más sostenible.

Desde el punto de vista ecológico, este árbol desempeña un papel clave en la biodiversidad. No solo actúa como refugio y fuente de alimento para muchas especies, sino que también contribuye a la captura de CO₂, ayudando a mitigar el cambio climático.

Por su capacidad de adaptación, el algarrobo se ha convertido en una opción valiosa para proyectos de reforestación y recuperación de suelos degradados. En diversas regiones secas, se utiliza para restaurar terrenos y fomentar prácticas agrícolas más resilientes.

Su importancia ecológica y su bajo impacto hídrico hacen que el algarrobo no solo sea un recurso alimentario valioso, sino también un aliado clave en la lucha contra la desertificación y el cambio climático.

SOSTENIBILIDAD DEL ALGARROBO